Post by Berserker Predator on Sept 14, 2015 7:25:27 GMT 2
aqui les traigo un humilde fic mio de JW.
Se llama Alpha/Alfa y se ubica en medio de los eventos de la fuga del Indominus, minutos antes que Henry Wu abordara el equipaje con los embriones. ¿Que tal si el Indominus no fuera el primer hibrido?, ¿y si creo predecesores?, el raptor de este fic esta basado en Chaos Effect, el alfa...
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No estaban satisfechos con el éxito logrado, jamás nada había conseguido contentarlos del todo. Así era el hombre a fin de cuentas, tenía un vacio gigantesco que jamás estaba lleno a pesar de succionar todo lo que estaba a su alcance. Los más sensatos y las experiencias del pasado nunca fueron un impedimento para que el progreso avanzara, progreso que implicaba meterse con fuerzas que el hombre nunca entendió ni intento comprender.
El hibrido conocido como Indominus Rex ya era un hecho, aun se encontraba en el laboratorio pero Henry Wu quería más. Cuando estaba a mitad de proyecto, cuando esa bestia imparable ya era un embrión formándose en un tubo de ensayo, el ya estaba ideando mil formas de mejorar y superarlo.
Los demás científicos a pesar de respetarlo como su superior al mando, era obvio que hasta ahí era el trato con él. Al menos con la mayoría del personal.
Muchos renunciaron al ver como lo que había empezado como un sueño de humildad y una segunda oportunidad para especies extintas se iba convirtiendo más y más en una feria de aberraciones, algunas fallidas las cuales ningún ojo humano debería ver. Nadie les preparaba totalmente para ver los tumores, las deformaciones y ¿Por qué no? Los abortos espontáneos.
A la mayoría de los científicos les horrorizaba pero a Henry Wu le frustraba.
Sabía que él podía lograrlo, sabía que podía ir más allá y demostrarles a esos idiotas que no había tal naturaleza indómita o imposible para el hombre.
No había un día en que no lo recordase con cierto recelo, aquel fanfarrón de chaqueta negra y gafas del mismo patrón que tenía pinta de estrella de rock.
Se presento como si nada al laboratorio de “Jurassic Park” y había empezado a molestar, atracción y programa que el gentilmente explicaba y cosa que el cuestionaba. No importaba que tan insinuante fuera su sonrisa molesta.
Ian Malcom jamás cerro el hocico, ¿pero como había el podido pasar por alto el detalle de las ranas? ¿El cambio de sexo?, eran cosas que jamás volverían a pasar. Se repitió a sí mismo con un fuego en sus ojos mientras se levantaba y caminaba hacia una compuerta doble.
Ahora era más maduro, más sabio y mucho más preparado. Lo de Jurassic Park solo había sido mala suerte eso era todo, mala suerte y mala selección de empleados. John Hammond jamás le escucho cuando le advirtió que esa bola de grasa solo le daría problemas.
Siguió caminando por el pasillo, hasta llegar a una habitación celosamente cerrada. Un par de guardias le autorizaron el acceso hacia una habitación muy pequeña con un gran ventanal en frente.
Del otro lado una silueta enorme y rápida le miraba desde la oscuridad.
Lo único que le advertía su presencia, eran los brillantes blancos que reflejaban la luz del lado de Wu y un par de ojos naranjas resplandecientes.
El científico encendió la luz para verlo mejor, unos reflectores se encendieron ruidosamente mostrando al espécimen en todo su esplendor.
Media unos tres metros de largo y unos dos de alto mayor a cualquier espécimen de su tipo. La mayor parte superior de su cuerpo era negro mientras que la inferior tenía un azul fuerte, tenía dos franjas verdes como las de un tigre recorriéndole la espalda.
- ¿sabes que estoy aquí verdad? - Henry volteo la mirada de los cadáveres destrozados y en putrefacción que tenían algunos animales ya muertos desde hace varios días. El gran reptil negro lanzo un rugido y luego salto hacia el cristal haciéndole un leve rayón.
Sus rugidos eran más fuertes que los del resto de sus congéneres y su ferocidad inigualable, tal como estaba predicho.
Owen Grady no querría saber nada al respecto, si un par de Nublarensis normales le estaban dando tantos problemas un ejemplar así, sin duda le terminaría enviando al manicomio.
El velociraptor, también conocido como “raptor Alpha” por él y los pocos miembros autorizados era el asesino definitivo.
Las personas que sabían de esto estaban contadas con los dedos de una mano, no intentaban crear una atracción sino una versión militar.
Al ver como Hoskins mostraba tanto interés en los velociraptores Henry Wu enseguida vio una oportunidad en bandeja de plata para algunos negocios.
El raptor oscuro salto nuevamente y esta vez se mantuvo aferrado al cristal con ayuda de sus garras curvas, la boca se abrió intentando devorar al doctor y empañando los cristales con el asqueroso aliento. Henry sintió asco y un poco se le revolvió el estomago al notar la sangre seca debajo del mentón del monstruo. Pasaron otros dos segundos así, mirándose mutuamente hasta que la resistencia del alpha le exigió que se soltase del cristal.
Las marcas de garras quedaron marcadas claramente en el ventanal.
Henry negó con la cabeza con desaprobación y abrió un panel donde había un gran botón rojo, mayor al tamaño de un puño.
El reptil rugió nuevamente desde su oscuro habitáculo y su creador apretó el botón con algo de desdicha. Odiaba hacer eso.
Una ola de gas caliente salió disparada directo al rostro del velociraptor que empezó a moverse frenéticamente y dar coletazos contra la ventana, el animal miro furioso con su ojo anaranjado a su torturador, deseoso de clavar sus dientes en su carne. Solo se detuvo el dolor cuando el doctor decidió que era suficiente escarmiento.
El raptor se paro rápidamente y se recompuso, alzo la cabeza como un resorte hacia Wu e hizo un amague de saltarle encima nuevamente pero al ver la mano levantándose nuevamente sobre el botón gruño y se dio la vuelta frustrado.
Henry cambio su mueca de disgusto a esa sonrisa tan característica suya.
- así que, aprendiste la lección – exclamo maravillado por el hallazgo.
Tras una hora después del estudio del nuevo raptor, Henry se retiro apagando la luz del habitáculo detrás de él.
**
Lo habían arruinado, ¿ cómo pudo haber pasado eso otra vez?, hacia pocas horas que el producto conocido como “Indominus Rex” había escapado y el parque ya era un caos cuando aun no había llegado, una horda de Pteranodones y Dimorphodones se habían aglomerado alrededor de la gente produciendo graves heridos y muertos.
El parque estaba acabado, esta vez nadie podía desenterrarlo habiendo pasado tan abiertamente. Henry Wu en cuanto terminaron de evacuar con los especímenes regreso al pasillo.
Un horror de pesadilla le sobrevino al ver la compuerta abierta de par en par, Corrió olvidando su sentido común en el camino hasta que finalmente llego a la sala de control, prendió el habitáculo pero el ya no estaba.
Busco cuidadosamente en todas partes pero no estaba, simplemente había desaparecido. El alpha raptor se había esfumado.
Miro hacia los costados presa del pánico, no debía andar lejos. No supo cómo, pero logro que sus piernas le obedecieran de nuevo para salir corriendo con las muestras directo al helipuerto.
Por momentos le parecía escuchar los rugidos del raptor alpha pero decidió que solo era su imaginación.
Se sintió liberado una vez que alcanzo el asiento, ahora solo le quedaba esperar en silencio a que se fuera lejos de ahí.
Se llama Alpha/Alfa y se ubica en medio de los eventos de la fuga del Indominus, minutos antes que Henry Wu abordara el equipaje con los embriones. ¿Que tal si el Indominus no fuera el primer hibrido?, ¿y si creo predecesores?, el raptor de este fic esta basado en Chaos Effect, el alfa...
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No estaban satisfechos con el éxito logrado, jamás nada había conseguido contentarlos del todo. Así era el hombre a fin de cuentas, tenía un vacio gigantesco que jamás estaba lleno a pesar de succionar todo lo que estaba a su alcance. Los más sensatos y las experiencias del pasado nunca fueron un impedimento para que el progreso avanzara, progreso que implicaba meterse con fuerzas que el hombre nunca entendió ni intento comprender.
El hibrido conocido como Indominus Rex ya era un hecho, aun se encontraba en el laboratorio pero Henry Wu quería más. Cuando estaba a mitad de proyecto, cuando esa bestia imparable ya era un embrión formándose en un tubo de ensayo, el ya estaba ideando mil formas de mejorar y superarlo.
Los demás científicos a pesar de respetarlo como su superior al mando, era obvio que hasta ahí era el trato con él. Al menos con la mayoría del personal.
Muchos renunciaron al ver como lo que había empezado como un sueño de humildad y una segunda oportunidad para especies extintas se iba convirtiendo más y más en una feria de aberraciones, algunas fallidas las cuales ningún ojo humano debería ver. Nadie les preparaba totalmente para ver los tumores, las deformaciones y ¿Por qué no? Los abortos espontáneos.
A la mayoría de los científicos les horrorizaba pero a Henry Wu le frustraba.
Sabía que él podía lograrlo, sabía que podía ir más allá y demostrarles a esos idiotas que no había tal naturaleza indómita o imposible para el hombre.
No había un día en que no lo recordase con cierto recelo, aquel fanfarrón de chaqueta negra y gafas del mismo patrón que tenía pinta de estrella de rock.
Se presento como si nada al laboratorio de “Jurassic Park” y había empezado a molestar, atracción y programa que el gentilmente explicaba y cosa que el cuestionaba. No importaba que tan insinuante fuera su sonrisa molesta.
Ian Malcom jamás cerro el hocico, ¿pero como había el podido pasar por alto el detalle de las ranas? ¿El cambio de sexo?, eran cosas que jamás volverían a pasar. Se repitió a sí mismo con un fuego en sus ojos mientras se levantaba y caminaba hacia una compuerta doble.
Ahora era más maduro, más sabio y mucho más preparado. Lo de Jurassic Park solo había sido mala suerte eso era todo, mala suerte y mala selección de empleados. John Hammond jamás le escucho cuando le advirtió que esa bola de grasa solo le daría problemas.
Siguió caminando por el pasillo, hasta llegar a una habitación celosamente cerrada. Un par de guardias le autorizaron el acceso hacia una habitación muy pequeña con un gran ventanal en frente.
Del otro lado una silueta enorme y rápida le miraba desde la oscuridad.
Lo único que le advertía su presencia, eran los brillantes blancos que reflejaban la luz del lado de Wu y un par de ojos naranjas resplandecientes.
El científico encendió la luz para verlo mejor, unos reflectores se encendieron ruidosamente mostrando al espécimen en todo su esplendor.
Media unos tres metros de largo y unos dos de alto mayor a cualquier espécimen de su tipo. La mayor parte superior de su cuerpo era negro mientras que la inferior tenía un azul fuerte, tenía dos franjas verdes como las de un tigre recorriéndole la espalda.
- ¿sabes que estoy aquí verdad? - Henry volteo la mirada de los cadáveres destrozados y en putrefacción que tenían algunos animales ya muertos desde hace varios días. El gran reptil negro lanzo un rugido y luego salto hacia el cristal haciéndole un leve rayón.
Sus rugidos eran más fuertes que los del resto de sus congéneres y su ferocidad inigualable, tal como estaba predicho.
Owen Grady no querría saber nada al respecto, si un par de Nublarensis normales le estaban dando tantos problemas un ejemplar así, sin duda le terminaría enviando al manicomio.
El velociraptor, también conocido como “raptor Alpha” por él y los pocos miembros autorizados era el asesino definitivo.
Las personas que sabían de esto estaban contadas con los dedos de una mano, no intentaban crear una atracción sino una versión militar.
Al ver como Hoskins mostraba tanto interés en los velociraptores Henry Wu enseguida vio una oportunidad en bandeja de plata para algunos negocios.
El raptor oscuro salto nuevamente y esta vez se mantuvo aferrado al cristal con ayuda de sus garras curvas, la boca se abrió intentando devorar al doctor y empañando los cristales con el asqueroso aliento. Henry sintió asco y un poco se le revolvió el estomago al notar la sangre seca debajo del mentón del monstruo. Pasaron otros dos segundos así, mirándose mutuamente hasta que la resistencia del alpha le exigió que se soltase del cristal.
Las marcas de garras quedaron marcadas claramente en el ventanal.
Henry negó con la cabeza con desaprobación y abrió un panel donde había un gran botón rojo, mayor al tamaño de un puño.
El reptil rugió nuevamente desde su oscuro habitáculo y su creador apretó el botón con algo de desdicha. Odiaba hacer eso.
Una ola de gas caliente salió disparada directo al rostro del velociraptor que empezó a moverse frenéticamente y dar coletazos contra la ventana, el animal miro furioso con su ojo anaranjado a su torturador, deseoso de clavar sus dientes en su carne. Solo se detuvo el dolor cuando el doctor decidió que era suficiente escarmiento.
El raptor se paro rápidamente y se recompuso, alzo la cabeza como un resorte hacia Wu e hizo un amague de saltarle encima nuevamente pero al ver la mano levantándose nuevamente sobre el botón gruño y se dio la vuelta frustrado.
Henry cambio su mueca de disgusto a esa sonrisa tan característica suya.
- así que, aprendiste la lección – exclamo maravillado por el hallazgo.
Tras una hora después del estudio del nuevo raptor, Henry se retiro apagando la luz del habitáculo detrás de él.
**
Lo habían arruinado, ¿ cómo pudo haber pasado eso otra vez?, hacia pocas horas que el producto conocido como “Indominus Rex” había escapado y el parque ya era un caos cuando aun no había llegado, una horda de Pteranodones y Dimorphodones se habían aglomerado alrededor de la gente produciendo graves heridos y muertos.
El parque estaba acabado, esta vez nadie podía desenterrarlo habiendo pasado tan abiertamente. Henry Wu en cuanto terminaron de evacuar con los especímenes regreso al pasillo.
Un horror de pesadilla le sobrevino al ver la compuerta abierta de par en par, Corrió olvidando su sentido común en el camino hasta que finalmente llego a la sala de control, prendió el habitáculo pero el ya no estaba.
Busco cuidadosamente en todas partes pero no estaba, simplemente había desaparecido. El alpha raptor se había esfumado.
Miro hacia los costados presa del pánico, no debía andar lejos. No supo cómo, pero logro que sus piernas le obedecieran de nuevo para salir corriendo con las muestras directo al helipuerto.
Por momentos le parecía escuchar los rugidos del raptor alpha pero decidió que solo era su imaginación.
Se sintió liberado una vez que alcanzo el asiento, ahora solo le quedaba esperar en silencio a que se fuera lejos de ahí.