Post by Acheron on Jun 18, 2012 22:17:37 GMT 2
Pues, sí! El objeto más lejano construido por el hombre ya se encuentra fuera del sistema solar
La sonda de la NASA, el ingenio humano que ha llegado más lejos, atraviesa por fin los límites del Sistema Solar
Ya no hay duda. La NASA ha confirmado que la Voyager 1, un artefacto lanzado en 1977, atraviesa la última frontera, los límites del Sistema Solar, a unos 18.000 millones de kilómetros del Sol. Aunque parezca increíble, la sonda, perteneciente a una época en la que la telefonía móvil e internet eran una quimera, todavía es capaz de enviar datos a la Tierra. Gracias a ello, los científicos han identificado un incremento significativo de las partículas con carga procedentes del espacio interestelar, prueba evidente de que, en efecto, un ingenio humano, el primero, está a punto de alcanzar el otro lado.
«Los científicos de la Voyager se acercan a una conclusión inevitable pero histórica: el primer emisario de la Humanidad al espacio interestelar está en los confines de nuestro Sistema Solar», afirma en un comunicado el Centro de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés). «Las leyes de la Física dicen que algún día la Voyager se convertirá en el primer objeto hecho por el hombre que entre en el espacio interestelar, pero todavía no sabemos exactamente cuándo ocurrirá», dice Ed Stone, uno de los científicos responsables del proyecto. Lo cierto es que los últimos datos enviados por la sonda indican que se encuentran en una nueva región. Las partículas nuevas que está registrando la Voyager 1 proceden de otras estrellas de la galaxia y son cada vez más abundantes.
«Desde enero de 2009 a enero de 2012 ha habido un incremento gradual de en torno al 25% en la cantidad de rayos cósmicos galácticos que detecta la Voyager -explica Ed Stone-, pero recientemente hemos visto una rápida escalada en esa parte del espectro energético». En efecto, desde el 7 de mayo los impactos de rayos cósmicos se han incrementado un 5% por semana. Ahora, los científicos esperan descubrir nuevas señales de que la sonda cruza la frontera imaginaria de nuestro sistema, tales como un cambio en las fuerzas gravitatorias y magnéticas.
Un saludo extraterrestre
Voyager 1 es, sin duda, una misión de la que la NASA puede sentirse más que orgullosa. La sonda y su hermana gemela, la Voyager 2, fueron lanzadas hace 35 años desde Cabo Cañaveral con la misión de explorar el Sistema Solar. En estos momentos, la 1 se encuentra a unos 18.000 millones de kilómetros del Sol y se desplaza a 17 kilómetros por segundo. Los datos que emite tardan 16 horas y 38 minutos en llegar a la Tierra. Su gemela se encuentra a unos 15.000 millones de kilómetros del Sol. Entre las dos han explorado los planetas gigantes de nuestro sistema: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y 48 de sus satélites.
Las baterías de plutonio de las sondas están diseñadas para funcionar hasta 2025. A partir de esa fecha, dejarán de transmitir a la Tierra, pero continuarán su viaje hacia otras estrellas de la Vía Láctea. Ambas llevan un saludo de la Humanidad dirigido a una inteligencia extraterrestre. Se trata de una grabación de un disco de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados por un grupo de intelectuales bajo la dirección del científico Carl Sagan.
Fuente
La sonda de la NASA, el ingenio humano que ha llegado más lejos, atraviesa por fin los límites del Sistema Solar
Ya no hay duda. La NASA ha confirmado que la Voyager 1, un artefacto lanzado en 1977, atraviesa la última frontera, los límites del Sistema Solar, a unos 18.000 millones de kilómetros del Sol. Aunque parezca increíble, la sonda, perteneciente a una época en la que la telefonía móvil e internet eran una quimera, todavía es capaz de enviar datos a la Tierra. Gracias a ello, los científicos han identificado un incremento significativo de las partículas con carga procedentes del espacio interestelar, prueba evidente de que, en efecto, un ingenio humano, el primero, está a punto de alcanzar el otro lado.
«Los científicos de la Voyager se acercan a una conclusión inevitable pero histórica: el primer emisario de la Humanidad al espacio interestelar está en los confines de nuestro Sistema Solar», afirma en un comunicado el Centro de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés). «Las leyes de la Física dicen que algún día la Voyager se convertirá en el primer objeto hecho por el hombre que entre en el espacio interestelar, pero todavía no sabemos exactamente cuándo ocurrirá», dice Ed Stone, uno de los científicos responsables del proyecto. Lo cierto es que los últimos datos enviados por la sonda indican que se encuentran en una nueva región. Las partículas nuevas que está registrando la Voyager 1 proceden de otras estrellas de la galaxia y son cada vez más abundantes.
«Desde enero de 2009 a enero de 2012 ha habido un incremento gradual de en torno al 25% en la cantidad de rayos cósmicos galácticos que detecta la Voyager -explica Ed Stone-, pero recientemente hemos visto una rápida escalada en esa parte del espectro energético». En efecto, desde el 7 de mayo los impactos de rayos cósmicos se han incrementado un 5% por semana. Ahora, los científicos esperan descubrir nuevas señales de que la sonda cruza la frontera imaginaria de nuestro sistema, tales como un cambio en las fuerzas gravitatorias y magnéticas.
Un saludo extraterrestre
Voyager 1 es, sin duda, una misión de la que la NASA puede sentirse más que orgullosa. La sonda y su hermana gemela, la Voyager 2, fueron lanzadas hace 35 años desde Cabo Cañaveral con la misión de explorar el Sistema Solar. En estos momentos, la 1 se encuentra a unos 18.000 millones de kilómetros del Sol y se desplaza a 17 kilómetros por segundo. Los datos que emite tardan 16 horas y 38 minutos en llegar a la Tierra. Su gemela se encuentra a unos 15.000 millones de kilómetros del Sol. Entre las dos han explorado los planetas gigantes de nuestro sistema: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, y 48 de sus satélites.
Las baterías de plutonio de las sondas están diseñadas para funcionar hasta 2025. A partir de esa fecha, dejarán de transmitir a la Tierra, pero continuarán su viaje hacia otras estrellas de la Vía Láctea. Ambas llevan un saludo de la Humanidad dirigido a una inteligencia extraterrestre. Se trata de una grabación de un disco de cobre con sonidos e imágenes de la vida y la cultura terrestres seleccionados por un grupo de intelectuales bajo la dirección del científico Carl Sagan.
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