Post by lestat on Feb 19, 2008 18:35:00 GMT 2
AVP:EL CAZADOR SE CONVIERTE EN PRESA
Capitulo 8
Recordaba cuando vivía en España. El tenía un sueño, ser marine de los Estados Unidos. Trabajo muy duro en unas minas del sur del país para reunir el dinero necesario para hacer ese viaje.
Trabajaba mañana y noche. Quería salir de su país cuanto antes para poder ingresar en los marines y empezar la instrucción. Tenía trece años cuando empezó a trabajar en las minas.
Un día alguien le comento que conocía a una persona que organizaba viajes ilegales a los Estados Unidos. Era arriesgado, pero el dinero necesario para ese viaje era mucho menor del que se necesitaba.
Arreglo un encuentro con esa persona. Era en un vertedero cercano a las minas donde trabajaba. Llevaba todos sus ahorros. Todo lo que había reunido en tres años de duro trabajo.
- Bien chico. A ver cuanto dinero traes. – Rubén le entrego el dinero.
- Oh, muy bien. Nueve mil euros. Habrás trabajado mucho para conseguir tanto dinero…
- Si, pero merecerá la pena pagárselo para que me lleve a los Estados Unidos.
- Pobre iluso. Por culpa de ese sueño no te has dado cuenta de que te voy a robar este dinero.
- ¿De que habla? ¡Devuélvamelo! – Rubén se abalanzó hacia el.
En ese momento apareció un grupo de cuatro hombres. Le golpearon hasta dejarle inconsciente.
A la mañana siguiente se levanto y llego a su casa como pudo. Estuvo días sin salir de allí. Hasta que un día se levanto y salio a la calle dispuesto a robarle a cualquiera su dinero.
Al salir de su casa y tras haber recorrido seis manzanas se cruzo con un tipo rubio, con un traje militar. Aunque llevaba un abrigo que no le dejaba ver a que ejercito pertenecía. En ese momento se le ocurrió la idea. Le robaría el arma y luego la utilizaría para robar a más personas hasta que tuviera el dinero necesario para ir a Estados Unidos.
Se acerco por detrás al soldado y con una maniobra rápida consiguió quitarle el arma.
- ¿Pero que demonios…?
- Lo siento, pero la necesito. También necesito todo el dinero que lleves encima. – Rubén estaba muy nervioso. Le temblaba el pulso. El soldado retiro suavemente el abrigo y en un rápido movimiento desenvaino una espada y con otro rápido movimiento desarmo a Rubén. Este cayó de rodillas al suelo entre lágrimas, mientras que el soldado mantenía el filo de su espada en su garganta.
- Puedes matarme. Ya no me importa nada, jamás seré soldado de los Estados Unidos de América.
- Levántate chico. – El soldado retiro su espada y volvió a envainarla. - ¿Por eso querías mi pistola?
De esta forma Rubén le contó toda la historia a ese soldado. Como estuvo trabajando duramente durante tres años. Como le engañaron y golpearon. Y lo peor de todo. Como perdió el honor a causa de todas estas desdichas.
- Estas de suerte chaval. Soy un marine de los Estados Unidos y estoy aquí en una mision de poca importancia. Te llevare conmigo.
- ¿En serio? – Rubén no se lo creía.
- Naturalmente que es en serio. Pero quiero que sepas una cosa. Durante la instrucción te las apañaras tu solo. No te ayudare en nada más. Ser un marine tendrás que ganártelo tu.
De esta forma es como se conocieron él y Lestat.
El honor. Una vez estuvo a punto de perderlo y gracias a Lestat no lo hizo. Alexander tenía razón, hay criaturas que no tienen honor. Y no solo los xenomorph.
De pronto, Hispano se percato de que Cinth no estaba en el puesto de vigilancia. Le pareció extraño y se levanto para comprobarlo. Efectivamente no estaba allí. Ni en el puesto de vigilancia ni en los alrededores.
Cinth caminaba hacia el interior de la selva. Llevaba un intercomunicador en su mano derecha. Se paro cerca de un árbol y miro un momento a su alrededor. Al percatarse de que no había nadie, se llevo el intercomunicador a la boca.
- Aquí Cinth.
- Adelante Cinth – Le respondió una misteriosa voz. - ¿Cómo va la mision?
- He tenido problemas. Lo del laboratorio 202 no salio bien. Lestat es un gran maestro con su espada. Después de eso hice que la nave perdiera la energía para que aterrizáramos aquí, en Sofdarcuh. También manipule las feromonas para que no funcionaran. Solo pude hacerlo con dos de ellas. Se las iba a entregar a Lestat e Hispano, para acabar con ellos y dejar al grupo desorientado. Pero el estupido de Yajas insistió en ir el a por ellas. – En ese momento Cinth hizo una pausa.
- ¿Qué ocurre Cinth? – le preguntaba la voz misteriosa.
- Nada. Con las feromonas me jugué la vida. Me podían haber tocado a mí las manipuladas. Por suerte fui el primero en despertarme en el aterrizaje de emergencia. Lo primero que hice fue liberar la carga confidencial. No sabía lo que contenía. De ella salio un Yautja. Me miro fijamente cogio su lanza y salio de la nave. No entiendo porque no me mato.
- Lleve el cuerpo inconciente de Lenon cerca del frasco del facehugger, lo rompí y este lo infecto. Al rato me deshice del cuerpo sin vida del facehugger.
- En ese momento me disponía a soltar a los aliens, pero empezaron a despertarse todos.
- De nuevo tuve suerte. Las feromonas trucadas acabaron en manos de Yajas y Strauss. Ambos fueron asesinados por los xenomorph. Y lo mejor de todo. Todo el mundo creía que el saboteador era Lenon.
- Lenon empezó hablar, pero le salio el alien del pecho en el momento justo. Luego salve a Lestat de caer por un acantilado y…
- ¡¿Cómo?! ¿Puedes repetir eso Cinth? – La voz del intercomunicador sonaba muy enojada.
- ¡Espere! ¡Necesitaba ganarme la confianza de todos! – Replico Cinth. – Al final acabarían sospechando de mí.
- Esta bien. Quiero que te deshagas de ellos cuanto antes, ¿entendido?
- Entendido.
- Una cosa más. Cuando acabes con ellos arreglaras las comunicaciones y contaras que en Sofdarcuh a muerto toda la unidad Fox-25. Le darás la autoría de los hechos a la organización terrorista Slife. ¿Queda claro?
- Si señor. - Cinth se volvió a guardar el intercomunicador después de apagarlo totalmente.
- Empezó a darse la vuelta pero…
- No te muevas hijo de puta. – Hispano le apuntaba con su rifle a la cabeza Al instante aparecían Alexander y Lestat.
- ¿Qué demonios ocurre aquí? – Pregunto Lestat.
- ¡Este hijo de puta es el saboteador! Lo he oído todo Lestat. Pertenece a la organización terrorista Slife. Fue él el que abrió la puerta del laboratorio 202. Fue él quien hizo que la nave perdiera energía. Él modifico las feromonas.
Lestat no podía creer todas las acusaciones que lanzaba Hispano contra Cinth. Pero todo encajaba. Se había dejado llevar por la ilusión de tener en sus filas a un novato brillante.
- Dame el intercomunicador. – Cinth entrego el intercomunicador a Hispano.
- Tiene una clave. Dámela cabron o te juro que te mato. – Hispano le quito el seguro al rifle.
- Nunca la sabréis. Puedes matarme si quieres.
- No vamos a disparar a nadie desarmado. A diferencia de ti nosotros somos soldados con un código de honor. Los terroristas de Slife sois basura. – Lestat se dirigía a Cinth. De pronto Lestat desenvaino su espada. Cinth empezó a sudar.
- No lo hagas Lestat. ¡Te salve la vida! – Cinth cerró los ojos.
En ese preciso instante apareció un alien detrás de Cinth. Siseando, chorreándole babas por la boca. Saboreando a su presa. Lestat aparto a Cinth de un empujón. El alien soltó un zarpazo que Lestat esquivo. Agarro la espada con ambas manos y corto al alien por la mitad.
- ¡Pero que haces Capitán! – Gritaba Alexander. - ¡Él mato a dos de nuestros compañeros! ¡¿Por qué le has salvado?! – Alexander no se lo podía creer.
Hispano también miraba la escena con asombro, al igual que Cinth desde el suelo.
- Te he salvado la vida. Ya no te debo nada. Levántate. – Cinth se levanto cuando se lo dijo Lestat.
- Ahora quiero que desaparezcas en el interior de la selva. Si te vuelves, solo a mirar de reojo, ordenare a mis hombres que te disparen. Vete. – Lestat pronuncio estas palabras con un semblante amenazador. Se sentía totalmente decepcionado. Slife había conseguido engañarle colándole un topo en su unidad.