bueno ya vieron al pistolero en accion, ahora aqui esta el lado yautja de la historia, una gran masacre se avecina La camioneta se para cerca de la esquina de la tienda de doña Ana, los sicarios se bajan, armados con cuernos de chivo, se disponen a ejecutar al mariachi.
-El mariachi esta en este callejón, con ese wey no se juega, lo ven, le apuntan y disparan, así de simple, no se la piensen dos veces o se chingan, y no hagan mucho desmadre, ora cabrones.-Dijo el Bigotes un tipo calvo, blanco, alto y musculoso, con una arracada de oro en su oreja izquierda y desde luego portando un enorme bigote negro que hace honor a su apodo.
Y apenas da un paso hacia el callejón una enorme masa transparente le salta enfrente impidiéndole el paso.
-¿Que pedo?- dice el bigotes, deja de descansar la metralleta a su hombro y apunta al frente.
El depredador en estado invisible activa los dos picos de su guante y le da tremendo puñetazo en la cara.
-¿Que te pasa Bigotes? ¿estas bien?-pregunto uno.
-AAAAAHHH! mis ojos!
Bigotes volteo dejándoles ver a los demás las orbitas de sus ojos chispeando de sangre, se deja caer hincándose y se lleva las manos a la cara a cubrirse los ojos. Los demás sicarios se percatan de que algo se movía, dos se movilizan y disparan hacia arriba que era donde percibían que se movía esa criatura, el depredador saltaba por las paredes de lado a lado esquivando las balas hasta llegar de nuevo a la azotea, al extremo contrario del callejón el mariachi camina, escucha los disparos y apresura su paso, llega a la calle y una patrulla lo intercepta.
-Hey mariachi, ¿que pasa? entra, vamos.
Era Noemí quien patrullaba por la zona, el mariachi, aceptó la ayuda y se subió a la patrulla, de inmediato Noemí arranca para huir.
Los sicarios disparan como locos por el callejón sin darle a nada, encuentran los cadáveres de Martín y Rulo.
-Aquí están estos vatos todos muertos.
-Y aquí la guitarra rota del mariachi.
En el inicio del callejón esperaba otro sicario, apuntando. Bigotes gateando en el suelo se retorcía de dolor, una anciana abría la cortina de su ventana sigilosamente para ver que ocurría, ve a los sicarios esperando y arriba en la azotea de la tienda ve una silueta transparente cual si fuera agua moverse, el depredador se da cuenta que lo observa la anciana y la espanta mostrando sus ojos brillar, un rojo luminoso se enciende y se apaga de inmediato, la anciana se persigna y cierra su cortina.
-Mis ojos!, llévenme a un hospital por favor, me partió la nariz también.
-No estés chingando Bigotes, tan grandote y tan llorón, aguanta a que los demás regresen.
-A ver si no gritas si te revientan tus ojos puto.
El depredador salta de nuevo, cae a donde ellos y saca su cuchilla de su funda, y de tajo le corta el brazo al hombre.
-Ahhh!! mi brazo.
-¿No que no? puto-Dijo Bigotes
El depredador patea a Bigotes lanzándolo hacia la camioneta, con el impacto Bigotes abolla la puerta, el otro sicario con su único brazo aferra fuertemente la AK-47 y temblando y con su muñón goteando de sangre, el sudor frío en la frente y sus ojos negros de un lado a otro apunta buscando en todas direcciones.
-Santa María madre dios...
El depredador regresa y con su cuchilla le corta la cabeza sin que pudiera darse cuenta, el sicario se queda quieto de pronto su cabeza cae, chorritos de sangre a presión brotan cual si fuera fuente de su cuello, luego su cuerpo decapitado dobla las rodillas, se hinca y cae y con un ultimo impulso su dedo aprieta el gatillo y la metralleta dispara, unos tiros pegan en la puerta de la camioneta a un lado de la cabeza de Bigotes.
-Ay wey ¿que pedo? no me disparen cabrones.
Bigotes siente la camioneta y se pone de pie, la abre y arranca, no ve nada pero el quiere largarse de ahí lo mas rápido posible, conduce. El depredador ve que la camioneta se mueve y le lanza un disparo de su cañón de hombro, el plasma revienta la camioneta y hace que explote, un estruendo y llamas por todas partes, la camioneta vuela y cae.
-Wey no mames, están masacrando a los demás, vamos.-Dijo el sicario que inspeccionaba los cadáveres de Rulo y Martín
Los demás sicarios regresan del callejón. Dentro de una casa se encontraba una madre y su hija adolescente, que desde que escucharon los plomazos de la escopeta recortada del mariachi se refugiaron debajo de sus camas.
-Ay mami ¿escuchaste esa explosión?
-Si mijita ahora si se armó la grande.
Afuera se escuchaban múltiples disparos y gritos. No tardó mucho en silenciarse el ambiente, la calma había regresado.
-Ya acabaron amami.-Dijo la jovencita.
-Parece que si, pero todavía no te levantes y no hagas ruido.
Un estruendoso e imponente rugido se oye.
-GROAAARRRGGHH!!!
-Mamá, ¿que fue eso? se escuchó horrible, como un monstruo.
-No mija los monstruos no existen, shh!.
El silencio regresó.
es un atizbo de lo que puede hacer este predator, lo que viene es mucho mayor, habra mas masacres , espero les haya gustado.